God of War, de Sony Santa Monica, fue una clase magistral de narraciĂłn emocional, que ofrecĂa el desarrollo de personajes y una conmovedora historia de paternidad envuelta en el envoltorio de una de las series de juegos más violentas jamás creadas. La secuela, en este Análisis del juego God of War RagnarökÂżPodrĂa superarle? Yo dirĂa que sĂ, aunque tomĂł un camino poco ortodoxo para hacerlo. Es al menos tan bueno como su predecesor, a pesar de tener la misma jugabilidad y los mismos pecadillos en la historia.

Análisis del juego God of War Ragnarök
Sólo como advertencia, esta reseña contendrá un spoiler muy leve - no estoy hablando de nada importante, pero no puedo entrar en ciertos aspectos del juego sin spoilers. Hay varios momentos de la historia y los personajes de los que no puedo hablar por miedo a estropear la experiencia, pero baste decir que pasan muchas cosas en God of War Ragnarök.
El fin del mundo tal y como lo conocemos
En esta aventura, los adolescentes Atreus y Kratos se enfrentan a las consecuencias de sus acciones en el juego anterior. Fimbulwinter, el cataclismo climático que precede al Ragnarök, comienza cuando ambos reciben la visita hostil de nada menos que Thor y OdĂn. OlvĂdate de los afables dioses nĂłrdicos mitolĂłgicos: en este juego, Thor es un matĂłn violento y abusivo, y OdĂn se comporta con toda la cordialidad depredadora de un jefe mafioso.
Tras esta pequeña disputa, Kratos y Atreus deben decidir quĂ© papel desempeñarán en el apocalipsis nĂłrdico y, en una agridulce metáfora de la mayorĂa de edad, sus decisiones les llevarán por caminos separados. Esto significa que ambos son jugables, ya que cada uno sigue su propio viaje de descubrimiento, con personajes acompañantes y habilidades distintas.
Hay un tema sobre el destino: no sĂłlo si puede cambiarse, sino si existe. Atreus se pasa la mayor parte del juego intentando averiguar quĂ© papel desempeñará su personaje "Loki" en el destino del mundo, pero otros señalan que la Ăşnica razĂłn por la que participa es porque asĂ se lo ha dicho la profecĂa. Kratos, por su parte, abjura del destino no porque tema el futuro, sino porque teme enfrentarse al pasado que le llevĂł hasta allĂ.
MelancolĂa
Hay algo melancĂłlico en las primeras partes del juego, en las que queda claro que Atreus está creciendo y necesita menos la ayuda de su padre. La primera vez que fui a escalar una pared y Atreus no saltĂł a lomos de Kratos, me sentĂ más que un poco triste. El "buey" crece, y este fragmento de juego es solo un anticipo de lo que viviremos en el resto de la historia. Kratos, al igual que yo, pasa la mayor parte de la historia aprendiendo a dejar que Atreus se convierta en su propia persona. Es lo correcto, pero sigue siendo difĂcil para ambos.
La historia se desarrolla excepcionalmente bien, con los jugadores viendo las cosas desde la perspectiva del obstinado y testarudo Atreus y del sombrĂo y atormentado Kratos. Es fácil ver de dĂłnde vienen los dos, y es increĂble que el juego haya conseguido que simpatice con Atreus, que a mitad de camino sufre lo que podrĂa describirse como un ataque de ira adolescente que cambia por completo el rumbo de la historia.
Además de los dos protagonistas, los personajes secundarios -nuevos y viejos- están todos excepcionalmente bien realizados. Entre ellos, Tyr, un antiguo dios de la guerra, roto por la experiencia; Freya, violenta y desequilibrada tras la muerte de su hijo; Angrboda, la encantadora nueva cĂłmplice de Atreo; y, por supuesto, Sindri y Brok, que centran más la historia que antes. Mi favorito era Heimdall, que aquĂ se parece más a Hermes de la serie original que a su homĂłlogo mitolĂłgico, tanto por su aspecto enĂ©rgico como por su actitud insufriblemente engreĂda. Me encantaba odiarle.
Jugabilidad
La jugabilidad parece mucho más rápida y nĂtida, por no decir otra cosa. Las armas de Kratos golpean con más precisiĂłn y fuerza, aunque su daño real ha disminuido desde el final del juego anterior. TambiĂ©n tiene enemigos más variados contra los que luchar: están los habituales tipos de dos patas, pero tambiĂ©n hay criaturas terrorĂficas, seres y fantasmas que se suman a la galerĂa de pĂcaros. Se siente un poco más cerca de God of War Classic que de God of War 2018.
La jugabilidad está bien equilibrada entre combate, puzles e historia. Los puzles del entorno son más complejos y variados que al principio del Ăşltimo juego, sobre todo porque Kratos tiene dos armas a su disposiciĂłn (para empezar). A veces la jugabilidad parece un poco segura, no innova demasiado. No creo que sea necesariamente asĂ, porque el reconfortante ritmo de violencia y descubrimiento del juego forma parte de su encanto. Pero aun asĂ, si no te gustĂł el combate del juego anterior, probablemente este no te guste.
Una de mis quejas con God of War 2018 fue que sustituyĂł la cámara fija de hack-and-slash en tercera persona por una perspectiva por encima del hombro al estilo Last of Us en una arena enorme y tediosa. Por mucho que me encante el personaje de Mimir, la soluciĂłn de poner literalmente un par de ojos a la espalda de Kratos para llamar a los enemigos atacantes con una perspectiva bloqueada me pareciĂł un poco ridĂcula.
Véase también: Steelrising Game Review; ver todo sobre el juego
Licenciada en Lenguas - PortuguĂ©s/InglĂ©s, creadora de la Escritor de Ă©xitoTambiĂ©n escribe para Great App, ampliando los conocimientos de todos los amantes de la tecnologĂa a travĂ©s de crĂticas de pelĂculas y series, reseñas de juegos y las principales noticias del momento.